Cuando me reúno con marcas latinoamericanas de alimentos y bebidas que se preparan para lanzarse al mercado estadounidense, uno de los primeros temas que tratamos es el cumplimiento normativo y la trazabilidad. El panorama regulatorio aquí en EE. UU. es mucho más complejo, y hay dos requisitos que se repiten constantemente: la Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria (FSMA) de la FDA y la certificación SQF. Juntas, forman la columna vertebral de la seguridad alimentaria en EE. UU. y son determinantes para que una marca tenga éxito o fracase en este mercado tan competitivo.
La Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria (FSMA), promulgada en 2011, marco un cambio importante en la seguridad alimentaria de Estados Unidos, pasando de reaccionar ante incidentes de contaminación a prevenirlos. La trazabilidad es el núcleo de la FSMA: la capacidad de seguir un producto a lo largo de todas las etapas de la cadena de suministro, desde su origen hasta el estante de la tienda.
La trazabilidad garantiza que, si surge un problema, los reguladores y las empresas puedan identificarlo rápidamente y contenerlo antes de que se agrave. Sin ella, los retiros del mercado se amplían, los costos se disparan y la confianza de los consumidores se erosiona. Para las marcas internacionales que invierten mucho para entrar en el mercado estadounidense, simplemente no hay margen de error.
Mientras que la FSMA establece el marco normativo, la certificación SQF (Safe Quality Food) se centra en la ejecución. La SQF proporciona la base estructural y procedimental para manejar los productos alimenticios de manera segura, desde el diseño del almacén hasta los protocolos de saneamiento y la gestión de los registros de trazabilidad.
Muchos de los principales minoristas estadounidenses exigen la certificación SQF como requisito previo para hacer negocios. Sin ella, las marcas pueden verse excluidas de oportunidades de distribución fundamentales. Igualmente importante, la certificación SQF brinda a los compradores y consumidores la confianza de que un producto se gestiona dentro de un sistema de seguridad alimentaria sólido y reconocido a nivel mundial.
Es cierto: muchos 3PL en Estados Unidos cuentan con la certificación SQF. Pero no todos los 3PL abordan la seguridad alimentaria con el mismo ADN y la misma cultura que nosotros en Source Logistics. Eso es lo que nos distingue.
Para las marcas de Latinoamérica, este enfoque se traduce en tranquilidad: saben que sus productos se manejan con el rigor que exigen los reguladores estadounidenses y el cuidado que esperan los consumidores.
La trazabilidad y SQF son dos caras de la misma moneda. La FSMA hace que la trazabilidad sea obligatoria, y SQF proporciona el marco para que esto se lleve a cabo sin problemas. Juntas, reducen los riesgos de costosos retiros de productos, fortalecen las relaciones con los minoristas y generan la confianza del consumidor.
En Source Logistics, combinamos nuestra experiencia regulatoria, instalaciones con certificación SQF y una cultura de atención al cliente para ofrecer no solo el cumplimiento normativo, sino también una ventaja competitiva. Ayudamos a las marcas de alimentos y bebidas de Latinoamérica a entrar en el mercado estadounidense con confianza, sabiendo que su cadena de suministro se basa en la seguridad, la transparencia y la confianza.
Para las empresas de alimentos y bebidas, especialmente las que exportan desde Latinoamérica, el mercado estadounidense ofrece inmensas oportunidades. Pero el éxito aquí depende de algo más que de tener productos excelentes, requiere una base de seguridad, fiabilidad y cumplimiento normativo.
La trazabilidad protege su negocio. SQF abre las puertas a los principales minoristas. Juntos, generan confianza. Y con Source Logistics como su socio 3PL, obtiene más que una certificación, obtiene un equipo comprometido con el éxito a largo plazo de su marca.